¡¡¡¡¡Ah, ese silencio al que no se accede con la voluntad ni por el deseo!!!!!
Si anhelo el encuentro, se niega; se aleja si lo busco; si lo espero no llega.
Sin embargo, me alcanza desde dentro cerrando los ojos, callando el pensamiento, aflojando cada célula, olvidando mi existencia, disolviendo los límites que dicen «yo», en movimiento.
Entonces, si acaso, sucede el milagro !he desaparecido sin saberlo!
Es entonces cuando conozco la dicha que se esconde en los requiebros del cerebro, siendo lo improbable, dejando que me abrace, ausente de mí mismo.
El tiempo ¿qué tiempo?
¿El lugar? el universo antes de su existencia.
¿Qué? nada puedo decir estando dentro.
Llega sin proponerlo, de hecho ni siquiera sé que lo habito hasta que lo he abandonado, y cuando el tiempo ha vuelto gozo de ese silencio y disfruto de no haber sido!!!!