Algunas cosas importantes para la reflexión:
1º: Muchas de nuestras necesidades afectivas esperamos que sea nuestra pareja la que se ocupe de satisfacerlas; la mayor parte de las veces sin que ni siquiera sepa el otro/a qué es lo que esperamos o necesitamos, con lo cual… la frustración está casi garantizada (y el reproche también).
2º: Somos parte activa en la comunicación, y por tanto es conveniente reflexionar sobre cómo participamos en la generación de conflictos, y en cómo a menudo potenciamos sin querer lo que más nos desagrada de nuestra pareja con actitudes complementarias a lo que no nos gusta del otro/a: desde la sumisión y consentimiento o desde la confrontación, el reproche o la bronca.
3º. Nos empeñamos en que nos escuchen y pocas veces escuchamos. Creemos tener razón y queremos que nos la den, sin darnos cuenta de que el otro también está en lo mismo.
4º: Con frecuencia damos lo que nos gustaría recibir, más que lo que el otro/a realmente necesita, y nos sentimos frustrados porque no reconocen nuestro esfuerzo ni recibimos lo que esperamos.. y estamos al principio.