Calma…

La calma de estar presente en el aquí y ahora del funcionamiento
orgánico.

La respiración, la postura, la conciencia física del
instante presente. Dejar discurrir el darme cuenta de las sensaciones:
el calor corporal, el fluir del aire a través de la nariz,el movimiento del pecho, la postura corporal… Las tensiones que afloran en este momento… Sin modificar lo que sucede, solo percatarme de lo que está pasando en mí.

Calma, volver a lo más inmediato de mí, la presencia física. Al fin y al cabo el cuerpo «me» es dado sin voluntad ni consentimiento, y el cuerpo es coordinación, funcionamiento exacto, arquitectura, orden, precisión, cooperación… Así soy yo aquí y ahora, este soy yo funcionando… Respiro, me noto… Con una experiencia que emerge de este momento: calma, relajación, tranquilidad. Sin hacer nada más que percatarme, sintiéndome.
Puedo observar cómo están también los pensamientos que surgen de este estar presente, que me «sacan» de la atención global de lo que sucede, que me dictan la orientación de mi experiencia. Los observo y los dejo pasar, observo el estado emocional que me impone pensar de este modo en este momento y dejo pasar; vuelvo al cuerpo, al funcionamiento
exacto y unido del organismo, el movimiento interno de la respiración,
de la tensión que pueda sentir en este momento en cualquier lugar del
cuerpo, y respiro con la respiración que ya acontece sin mediar
voluntad ni decisión alguna, en este momento. Presto atención a la
respiración, y me dejo, me suelto.

Puedo observar el automatismo de mis pensamientos, pensamientos que en este momento puedo observar como juicios, opiniones, sentencias,
valoración de la expereiencia, recuerdos, fantasías… Y los dejo pasar volviendo al cuerpo, al aquí del presente corporal, al ahora de lo que está sucediendo y estoy observando. Respiro, me suelto, me dejo estar…

He terminado un momento de calma en el que he podido observarme, estar presente, tener tranquilidad y sosiego. Ahora vuelvo a mi discurrir mecánico y condicionado por los miedos,
los deseos, los juicios, la exigencias, las expectativas imposibles
sobre mí, los demás y la vida misma. Hasta el siguiente momento de
consciencia y calma.

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